Boca sana para una mente sana
Una buena salud oral contribuye a una buena salud mental y al bienestar de la persona. ¿Qué relación hay entre salud dental y bienestar mental y emocional?
Salud dental y salud mental: una relación de doble sentido
Una boca sana y bonita predispone a un mejor estado de ánimo y a una mayor felicidad. Por otro lado, una buena autoestima y la ausencia de problemas mentales son factores que contribuyen a unos dientes más fuertes y saludables. A continuación explicaremos las principales claves de esta relación entre una boca sana y una mente sana.
Relación entre salud oral y salud mental
La salud mental influye en la salud dental. Las personas con problemas de salud mental, como la depresión, tienden a poner menos atención en su salud oral. La falta de autoestima también puede llevar a descuidar la higiene dental.
La depresión tiene un impacto directo en la salud dental, porque la persona suele preocuparse menos por su bienestar y por su aspecto físico
Cuando la persona está deprimida, puede perder la rutina de cepillarse los dientes. Además, el estilo de vida puede dejar de ser saludable —ejercicio y dieta equilibrada—, lo que aumenta todo tipo de riesgos para la salud. Unos hábitos no saludables enseguida se reflejan en los dientes. Así, las comidas altas en grasas y azúcares contribuyen a la caries y a otros problemas dentales.
Relación entre salud oral y bienestar
Hoy tenemos muy claro que una buena salud oral es esencial para llevar una vida saludable. Y a la inversa: una vida saludable ayuda a tener una boca sana. Sin embargo, más allá de la ausencia de enfermedades gracias a un buen cuidado dental, también debemos pensar que una boca con salud y con estética permite que una persona hable, sonría, disfrute con la comida y dibuje expresiones faciales con las que mostrar sentimientos y emociones. En este punto ya hablamos de bienestar, de calidad de vida, de estado de ánimo e, incluso, de felicidad.
Nuestros dientes influyen en la manera en que socializamos y disfrutamos las vida. De hecho, una buena salud oral siempre mejora la perspectiva a través de la cual se ven las cosas. Asimismo, si tienes una boca en buen estado, es más probable que tengas una alta autoestima. Unos dientes con buen aspecto favorecen un estado mental positivo, lleno de energía y de confianza en uno mismo. La salud mental, claro, sale reforzada
Sonrisas y felicidad
Una boca sana sonríe más y con más ganas. Pues bien, sonreír y reír son dos acciones con muchos beneficios
Sonreír es bueno para la salud y para el bienestar de quien sonríe. La sonrisa y la risa fomentan la liberación de endorfinas, los analgésicos que produce nuestro propio organismo. Además, contribuyen a que la gente a su alrededor se sienta mejor. La razón es que una sonrisa tiene un enorme efecto de contagio.
La expresión facial que mejor refleja la felicidad y el bienestar es la que corresponde a una risa o una sonrisa. Y sabemos por varias investigaciones que la expresión en la cara de un sentimiento le da aún más fuerza. Si ser felices nos anima a sonreír, también es verdad que sonreír nos ayuda a ser felices.
Por todo lo dicho, una insospechada consecuencia de cuidar la salud y la estética de nuestros dientes puede ser la felicidad que irradia en nuestro entorno a través del efecto contagio de las sonrisas.
Una sonrisa bonita no solo se relaciona con una autoestima sólida y con una mejor salud mental y emocional, sino que también puede aumentar el nivel de felicidad. Aunque, como la felicidad es muy difícil de medir, lo que sí que podemos decir es que una boca sana y bonita hace que nos sintamos bien
Salud oral y autoestima
La autoestima es un factor clave de nuestra salud mental, de nuestro bienestar y de nuestra calidad de vida. Sabemos que incluso los problemas dentales de menor entidad pueden tener impacto en la percepción que tenemos de nosotros mismos. Por tanto, aquí tenemos un argumento más a favor de llevar una buena higiene dental y de hacer chequeos periódicos en la clínica dental.
En los adolescentes, la influencia de los problemas dentales en la autoestima puede ser mayor. Esa es una de las conclusiones que se extraen del estudio Impact of Dental Disorders and its Influence on Self Esteem Levels among Adolescents.
«La insatisfacción con el aspecto de los dientes», dice el estudio, «es un fuerte predictor de baja autoestima. Se ha concluido que varios problemas dentales como maloclusión, trauma en dientes anteriores, pérdida dental y caries sin tratar, pueden causar un profundo impacto en […] el comportamiento psicosocial de los adolescentes, afectando a su autoestima»
Esta investigación recuerda que el dolor en la cavidad oral puede afectar la habilidad de hablar, así como el comer, el tragar y el dormir. La pérdida de dientes, claro, puede interferir en la habilidad para masticar, en la dicción y en la estética del joven. Todas estas dificultades se traducen en una reducción de la autoestima.
Una mala salud oral puede reducir la vida social de la persona, que pierde confianza —es autoconsciente del problema delante de otros— y que socializa menos por miedo a mostrar su problema dental.
Una sonrisa sana y bonita, en cambio, consigue justo lo contrario. Refuerza la autoestima y facilita la socialización en todos los ámbitos. Mejora las relaciones en la vida cotidiana y con amigos, en la vida laboral y en la vida afectiva.
Por tanto, una buena salud oral mejora las relaciones sociales